Desde que tengo memoria me ha fascinado la historia y tradición de esta hermandad, sus costumbres antiguas y la promesa de compartir una experiencia comunitaria incomparable.
A medida que me fui adentrando más en su cultura, me di cuenta de que la hermandad va mucho más allá de los eventos, de los actos de caballerosidad y producciones cívicas. Después de todos estos años, ahora sé que la hermandad se trata de un sentimiento de trabajo y unidad compartidos.
Cuando me convertí en un seguidor de la hermandad Santa Maria de Alcazar siento una fuerte conexión trasciende el tiempo y que se puede percibir a través de los años. Estoy orgulloso de formar parte de una hermandad antigua con una bonita historia y de ser parte de una comunidad dedicada a la preservación de la cultura y el patrimonio.
Ahora que soy un fiel seguidor de la hermandad Santa Maria de Alcazar me he comprometido a seguir y promover la tradición y para garantizar que esta hermandad pase a las nuevas generaciones. Cada día me dedico a respirar la cultura de la hermandad y a ayudar en cada forma posible a mantener el espíritu de su unión.